El irlandés Roger Casament, alto funcionario de Gran Bretaña, viaja a El Congo Belga y la Amazonía para denunciar, a través de informes, las crueldades de los explotadores del caucho. A Casement "lo dominaba una sensación de impotencia frente a la desmesura del mal que advertía a su alrededor".
En El sueño del celta, el protagonista, considerado un héroe, pasa a ser villano y traidor al asumir como suyos los postulados independentistas de Irlanda.
La novela-documento vale la pena por la descripción de los horrores de la época, por más que Vargas Llosa abuse de la repetición en muchos de los pasajes.
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